No, la IA no me quitó el trabajo. Me lo potenció.
Cuando salió ChatGPT y lo probé por primera vez, era escéptico. Esos primeros prompts me sorprendieron bastante: los resultados eran buenos, aunque también noté alucinaciones y respuestas algo desconectadas de la actualidad, debido al desfase entre la información con la que fue entrenado y el presente. Esto me frustró al principio, pero pronto entendí el porqué y lo convertí en un problema secundario.
Cuando apareció la versión de pago, dudé en suscribirme. Me parecía cara, pero decidí darle una oportunidad. Rápidamente lo integré en mi workflow y, para mi sorpresa, noté un aumento en mi productividad nada despreciable. Supongo que muchos hemos pasado por estas fases de forma similar.
Hoy por hoy, me resulta impensable cancelar la suscripción o dejar de usar esta herramienta. Y no hablo solo de ChatGPT, sino de la inteligencia artificial en general.
Entré en una espiral —con sus altibajos— que muchos en tecnología conocemos bien: esa parte de la curva de aprendizaje en la que vas descubriendo nuevas formas de hacer las cosas, integrando conocimiento continuamente y aplicándolo en un espectro amplísimo de áreas.
🛠️ Dejé de usar buscadores o portales especializados para resolver problemas técnicos o adquirir nuevos conocimientos. Hoy, la IA ocupa ese lugar.
Empecé a usarla, como dicen por ahí, como mi sistema operativo. Podría decir que el 60 % (y creciendo) de lo que hago hoy tiene ese "toque IA", ese paso adicional que aporta una perspectiva distinta y eleva el resultado final. Y eso lo valoro muchísimo.
¿Cómo la uso?
Por ejemplo, cuando enfrento una tarea nueva, defino lo que quiero lograr, busco e itero rápidamente para establecer una estrategia inicial y detectar gaps de conocimiento. Eso me permite ser consciente de ellos y actuar en consecuencia durante todo el proceso.
📚 Acompaño ese camino con documentación oficial cuando hace falta, pero prefiero partir de un resumen claro y enfocado en lo que más impacta lo que estoy construyendo.
Antes, cuando creía que tenía algo decente para entregar, lo enviaba directamente para revisión o lo integraba al delivery. Ahora no.
🔍 Fase 2: descubrimiento secundario
Entro en una fase que me encanta: el descubrimiento secundario. Allí es donde más aprendo y donde la IA brilla como mi copiloto.
Empiezo a lanzar preguntas como:
- ❓ ¿Qué otras formas hay de hacer esto y cómo lo resuelven otros?
- 🧠 Si fueras un especialista en X disciplina, ¿cómo lo mejorarías?
- 📈 ¿Qué próximos pasos seguirías o cómo considerarías escalar esto?
- 🔄 ¿Qué alternativas hay a las herramientas que estamos usando?
- ⚖️ ¿Qué comparativa existe entre esto y otras soluciones disponibles?
Y un sinfín de preguntas más, según el contexto. Lo impresionante es cómo este proceso me permite adquirir un conocimiento que, por mi cuenta, me tomaría días o semanas. La IA lo entrega en minutos.
Es como si extrajeras conocimiento empaquetado y lo integraras directamente a tu stack mental, plug and play.
Con cada nuevo anuncio —que últimamente parecen llegar semanalmente— entro en una especie de micropánico. No por miedo a ser reemplazado, sino por temor a que desaparezca esta etapa que tanto disfruto: resolver problemas mientras aprendo.
Ese momento de hyperfocus en el que, paso a paso, construyes una solución y entregas verdadero valor. Eso no quiero perderlo nunca.
🚀 Superpoderes al alcance de todos
La IA ha venido para quedarse. Es como si nos hubieran dado superpoderes y acceso a una base de conocimiento casi infinita a solo dos clics de distancia.
Con bases sólidas, algo de sentido común y un buen criterio para preguntar, cualquier persona puede usar IA para transformar radicalmente su forma de trabajar.
✨ No es magia. Es capacidad multiplicada.
💬 Y ahora te toca a ti
¿Y tú, cómo la usas?
¿Está integrada en tu día a día o sigue siendo algo puntual?
Top comments (0)